El incremento en la responsabilidad y el control de los administradores y directivos de empresas es uno de los núcleos de las últimas reformas del Código Penal y de la Ley de Sociedades de Capital. Los polémicos casos de fraude en empresas de gran envergadura, el aumento de la transparencia exigible a los directivos y la voluntad de los accionistas de ser tratados con mayor transparencia, han situado en el punto de mira a los ejecutivos de las más grandes empresas.

No es de extrañar que, ante el aumento de la amenaza del patrimonio personal de estos altos cargos empresariales, las compañías traten de blindarlos contra eventuales incidentes, judiciales o extrajudiciales, originados en acciones tomadas en el desempeño de sus funciones de dirección y en nombre de estas. De este modo, los seguros D&O (Director and Officer) se erigen como un mecanismo preventivo a la hora de salvaguardar el haber de estos responsables. La abreviatura se refiere a las palabras inglesas director y officer, esto es, director y oficial, o lo que es lo mismo, seguros cuya cobertura es precisamente el patrimonio de los más altos cargos de dirección empresarial.

Este tipo de seguros se diferencian del tradicional seguro de responsabilidad civil que cubre los daños que pudiera ocasionar la empresa como consecuencia de su actividad normal en el tráfico económico, en que en el caso de las pólizas de alta responsabilidad de dirección, los tomadores son las empresas, pero el asegurado es el directivo, administrador, gerente y/o ejecutivo.

Respecto del ámbito objetivo de este tipo de pólizas se puede afirmar, que la póliza de garantía básica cubre principalmente dos casuísticas: indemnizaciones por actos negligentes y los gastos de defensa.

En adición a esta garantía básica, los seguros D&O han ido incluyendo a sus pólizas garantías adjuntas que tratan de cubrir la, cada vez más amplia, responsabilidad de este tipo de asegurados. En este sentido, se constituyen garantías sobre reclamaciones contra el cónyuge, reclamaciones en materia laboral y reclamaciones por sanción administrativa, entre otras.

Las empresas aseguradoras que ofrecen este tipo de cobertura establecen, asimismo, unos límites, tanto cualitativos como cuantitativos. De esta forma, no respondería la aseguradora de aquellas reclamaciones basadas en actos en los que concurra mala fe o dolo, las que surgen como consecuencia de daños materiales o a personas y, las basadas en seguros, circunstancias o reclamaciones anteriores a la suscripción de la póliza.

En definitiva, los seguros D&O son un producto de garantía complejo que surge como respuesta profiláctica al aumento de la diligencia exigida a este tipo de cargos que, cada vez menos, se pueden escudar en la forma jurídica de la organización que dirigen.