Los precios de transferencia han supuesto un concepto crucial en la gestión empresarial, convirtiéndose en una práctica común en contabilidad y negocios que involucran generalmente a empresas asociadas o filiales de una misma compañía. Esto permite facilitar la transferencia interna de bienes, garantizando una distribución justa y transparente, facilitando el comercio y la eficiencia operativa.

No obstante, este complejo mecanismo, que otorga múltiples beneficios en la práctica, debe mantener la conformidad con la regulación normativa en múltiples jurisdicciones. Ello supone asegurar la transparencia de las operaciones, justificando los precios utilizados, y mitigando así el riesgo de conflicto para mantener la salud financiera.

Con el paso del tiempo, algunas empresas han utilizado los precios de transferencia para fijar precios muy distantes de los existentes en el mercado. Al objeto de que esta fijación se realice de acuerdo con valores reales y no con fines inapropiados, los distintos organismos nacionales e internacionales han implementado mecanismos para supervisar y regular estos precios.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que establece técnicas para determinación y supervisión de los precios de transferencia en los países miembros, ha publicado recientemente propuestas de directivas dirigidas a incluir y armonizar en la normativa de la Unión el principio de plena competencia. De esta manera, el organismo internacional busca garantizar la pugna entre empresas en condiciones naturales del mercado.

Los mecanismos implementados recogen medidas que buscan simplificar la determinación de la remuneración y agilizar la aplicación del principio de plena competencia en relación con las actividades empresariales. Este enfoque se centra especialmente en las necesidades de los países con menor capacidad administrativa. La reciente publicación de ambas propuestas de directivas por la OCDE marca un hito en la simplificación de las normas sobre los precios de transferencia.

Por ello, la regulación de los precios de transferencia es importante para garantizar transacciones comerciales justas y transparentes entre empresas relacionadas. Sin embargo, un exceso de regulación puede generar cargas administrativas innecesarias y desincentivar la inversión externa. Por lo tanto, es fundamental que la regulación sea equilibrada, promoviendo la eficiencia y la competitividad sin imponer barreras excesivas a la actividad empresarial.

En conclusión, sin dudar del buen fin de las propuestas de directivas publicadas recientemente por la OCDE, debemos ser cautos con la regulación sobre la materia. Lo más importante es asegurarnos de que los precios de transferencia garanticen su propósito: la correcta distribución de ingresos y costos entre empresas relacionadas. Lo cual contribuye notablemente al desarrollo económico internacional.